POESÍA DEL SIGLO XVII
Como POESÍA ÉPICA compuso dos textos inspirados en la épica italiana del Renacimiento: La hermosura de Angélica (1602) , que parte del Orlando furioso de Ariosto, y Jerusalén conquistada (1609), imitación de la Jerusalén libertada de Tasso. De carácter épico son también La Dragontea (1588), sobre el pirata inglés Francis Drake, y El Isidro (1599) sobre el patrón de Madrid, san Isidro.
Como POESÍA LÍRICA recogió sus composiciones en Rimas (1602), Rimas sacras (1614) y Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos (1634).
LUIS DE GÓNGORA
OBRAS MAYORES
Fábula de Polifemo y Galatea (1612), Soledades (1613-4) y Fábula de Píramo y Tisbe (1618).
POESÍA DE ARTE MAYOR
a) Los sonetos amorosos, más frecuentes al principio de su producción, son de hechura petrarquista, muy literarios y estilizados, y carecen de la pasión vital que transmiten los de Lope o Quevedo.
b) Los sonetos satírico-burlescos prolongan esta vena típica de otros poemas de Góngora. En ellos, sin renunciar a la perfección formal y a los recursos retóricos de la tradición culta, incorpora elementos de la poesía popular y no evita el léxico coloquial e incluso vulgar.
c) Los sonetos de tema moral reflejan la situación vital del poeta y, en tono serio o burlón, expresan sus inquietudes, sobre todo los escritos en su última estancia en Madrid, en los que es manifiesto su desengaño, y que entroncarían con el tópico clásico del “menosprecio de corte”.
La Fábula de Polifemo y Galatea consta de 504 versos en octavas reales y desarrolla el mito clásico del cíclope Polifemo enamorado de la ninfa Galatea.
Góngora compone las Soledades inmediatamente después del Polifemo. La idea original es que las Soledades fueran cuatro, pero finalmente Góngora sólo compuso la primera y parte de la segunda. En total, unos dos mil versos agrupados en silvas.
FRANCISCO DE QUEVEDO
a) Poemas de tema grave (filosóficos, morales, religiosos):
Abordan temas típicamente barrocos como la muerte, la brevedad de la vida, la fugacidad del tiempo, la censura de vicios diversos o el desengaño, habitualmente desde una perspectiva en la que se funden el cristianismo y el neoestoicismo senequista.
b) Poemas amorosos:
Están impregnados de petrarquismo y neoplatonismo, aunque muchas veces el ideal amoroso se ve enturbiado por la presencia destructora de la muerte. Al lado de esta poesía amorosa sublime, cuya voz lírica suele ser la del propio poeta, son frecuentes también las composiciones en las que aborda el amor en clave satírica, irónica, paródica, cómica o abiertamente erótica. Muy frecuentemente, el sujeto enamorado no es entonces el propio poeta.
c) Poemas satírico-burlescos:
Predomina el verso octosílabo. Son los que más claramente ponen de manifiesto la capacidad para la agudeza y el ingenio lingüístico de Quevedo. Los objetos de su sátira son muy variados: mujeres, maridos burlados, judíos, médicos, boticarios, abogados, jueces, escritores (Góngora en particular), las modas, el poder del dinero, etcétera.
PROSA DEL SIGLO XVII
Numerosas y variadas son las narraciones picarescas publicadas en el siglo XVII. Entre otras, merecen destacarse el Guzmán de Alfarache (1599-1604) de Mateo Alemán, El guitón Onofre (1604) de Gregorio González, El Buscón de Quevedo, La pícara Justina, probablemente de Francisco López de Úbeda, La hija de Celestina (1612) de Salas Barbadillo, el Marcos de Obregón (1616) de Vicente Espinel, La desordenada codicia de los bienes ajenos (1619) de Carlos García, el Lazarillo de Manzanares (1620) de Juan Cortés de Tolosa, La vida de don Gregorio Guadaña (1644) del judío Antonio Enríquez Gómez, el anónimo Estebanillo González (1646), etcétera.
PROSA DIDÁCTICA
BALTASAR GRACIÁN
• Agudeza y arte de ingenio (1648) es un tratado sobre los artificios literarios, indispensable para entender el ideal conceptista.
• El Criticón (tres partes: 1651, 1653 y 1657) es su obra maestra. Se trata de un extraño y extenso relato que anticipa la novela filosófica del siglo XVIII.
FRANCISCO DE QUEVEDO
Destacan las obras de carácter satírico-moral: los Sueños; La hora de todos y la Fortuna con seso.
Los Sueños son cinco narraciones en las que satiriza diversos tipos y profesiones con intención moral y desolado pesimismo.
La hora de todos es quizá la obra maestra de la prosa didáctica de Quevedo, continúa la sátira de figuras con el artificio literario de que la diosa Fortuna haga que durante una hora todos se muestren como realmente son.
La vida del Buscón llamado don Pablos se imprimió por primera vez en 1626. Tuvo un éxito fulminante y se reeditó varias veces en vida de Quevedo. Con el Buscón, Quevedo probó suerte con el género de la novela picaresca. Parte en su creación del Lazarillo y del Guzmán, pero modifica a su antojo los patrones genéricos de sus modelos y acaba escribiendo un texto muy original.
TEATRO DEL SIGLO XVII
Se denomina comedia nueva al tipo de obras que, a partir de la ingente labor creativa de Lope de Vega, inundan los escenarios de las ciudades españolas del siglo XVII. Los miles de textos responden a unos patrones comunes que facilitan la rápida composición de las obras ajustándose a los moldes preestablecidos. Con ello se pretende satisfacer la incesante demanda del público de la época, voraz consumidor de obras teatrales.
1. Mezcla de lo trágico con lo cómico.
Frente a la idea clásica de separar tragedia y comedia, las obras pueden mezclar elementos cómicos y trágicos para mayor satisfacción del auditorio.
2. Ruptura de la regla clásica de las tres unidades (lugar, tiempo y acción)
Proporciona mayor variedad y espectacularidad el incumplimiento de las tres unidades dramáticas exigidas por las retóricas clasicistas:
- La unidad de lugar exigía que la obra se desarrollara en un mismo lugar o lugares próximos, pero en las comedias españolas es frecuente que los hechos sucedan en sitios diversos.
- La unidad de tiempo prescribía que el argumento dramático transcurriera como máximo durante un día, prescripción que no cumplen las comedias barrocas.
- La unidad de acción establecía que los sucesos dramatizados estuvieran todos relacionados con un caso central y único, lo que frecuentemente se incumple en las comedias del XVII, en las que se desarrolla una acción principal, cuyos protagonistas son el galán y la dama, y una secundaria, protagonizada por los criados, aunque el carácter de esta segunda acción depende muchas veces del tema de la comedia.
3. Personajes de la comedia nueva
Los personajes que aparecen en las obras se repiten constantemente de modo que los espectadores los reconocen de inmediato y los autores los crean con facilidad. Son personajes que carecen de complejidad psicológica y que se comportan como meros personajes-tipo cuyas actitudes y reacciones son fácilmente previsibles. Desempeñan funciones fijas y se caracterizan por rasgos permanentes (idealización de galán y dama, lealtad en los criados, respeto y honor en padre, justicia en el monarca):
• Galán: guapo y valiente.
• Dama: hermosa y enamoradiza.
• Barba: puede ser un viejo o el mismo rey, hace la función del poderoso que soluciona fácilmente el conflicto.
• Antagonista, que se opone al galán.
• Criada, acompañante y confidente de la dama
• Criado, también confidente del galán y que suele desempeñar la función de gracioso.
Los personajes de una comedia son a veces muy numerosos en las comedias de Lope y, sobre todo, en las de sus seguidores, aunque tengan mínimas funciones. La intención es producir sensación de espectacularidad. Esta proliferación de personajes será corregida por Calderón y sus seguidores, quienes configurarán a los personajes de forma polifuncional.
4. El gracioso o figura del donaire
Además de ser un personaje que permite dialogar al protagonista y expresar sus inquietudes, tiene otras diversas funciones:
o sirve para crear momentos cómicos que rebajen la tensión dramática acumulada en la obra.
o es un contrapunto cómico o irónico a su señor al que, a veces, parodia.
o desempeña el papel de narrador de sucesos no escenificados en las tablas.
o tiene, a veces una función distanciadora muy moderna, al advertir al público con su actuación de que lo que allí se ve no es realidad, sino literatura.
Este personaje es una genuina creación de Lope de Vega, pero hunde sus raíces en un personaje característico del teatro español anterior: el pastor simple de las obras religiosas medievales; el pastor rústico y chistoso del teatro de fines del XV y principios del XVI; el bobo de Lope de Rueda.
Este personaje ha evolucionado: ahora es un personaje en muchas ocasiones inteligente e ingenioso y, frente a sus precedentes, es un individuo urbano. Por otra parte, la figura del gracioso tiene especial fortuna en una época en la que abundaban los criados y donde eran celebradas las bromas y críticas del gracioso con respecto a su amo. No obstante, finalmente predomina en el gracioso su vertiente placentera y simpática, con lo que sus actitudes y comentarios satíricos quedan integrados a la perfección en el sistema de valores del Barroco.
5. Reducción a tres actos o jornadas
La necesidad de mantener la atención del público puede explicar también la división en tres actos o jornadas de las comedias españolas, frente a los cinco actos del teatro clasicista. Así, de forma directa, el escritor puede exponer el asunto en la primera jornada, desarrollarlo en la segunda y concluirlo en la tercera: planteamiento, nudo y desenlace.
6. El lenguaje de las comedias
Viene explicado por el carácter popular del auditorio, por lo que se rehúye la expresión culterana y no se abusa de alusiones bíblicas, mitológicas o literarias. La renovación de la comedia con Calderón tenderá a un lenguaje más complejo.
7. Decoro expresivo o poético
Se pretende que la lengua se ajuste a la situación y a la condición de los personajes, de modo que estos hablen conforme a su rango social y ello pueda distinguir, por ejemplo, al rey del gracioso. Esta adecuación de la lengua al personaje se denomina decoro poético y es la única regla que Lope respeta.
8. Polimetría y variedad de estrofas
Todas las comedias son en verso, como corresponde a la transmisión oral porque facilita su memorización. Se propone que la métrica se adecue a las situaciones y los asuntos variando los metros de acuerdo con el pasaje, situación y personaje. Para asuntos de mayor trascendencia: endecasílabos y heptasílabos; para temas ligeros, versos castellanos de arte menor).
Estos consejos no se siguen al pie de la letra, pero sí la variedad de estrofas, que rompe la monotonía expresiva según el desarrollo de la acción. El romance para una historia o narración; el soneto para el que espera; la redondilla y la quintilla son frecuentes en los diálogos; las estrofas de versos de arte mayor para asuntos serios.
Se intercalaban además letrillas cantadas y bailes que interrumpen el curso de la acción, elementos líricos extraídos del acervo popular, bien conocido por el espectador.
9. Elementos escénicos y visuales de las comedias
• El vestuario tenía que ser adecuado a las características de los personajes.
• Las escenas podían ser exteriores (jardines, montes, barcos, torres…) o interiores, y el decorado, más o menos minucioso, había de dar cuenta de ello.
• Los accesorios escénicos podían ser a veces complejos. No era insólito que aparecieran animales en escena.
• La música también era utilizada, y con ellas, canciones populares o tradicionales o imitaciones de éstas.
Todo ello indica que los textos literarios eran sólo una parte de un espectáculo más amplio, aunque la palabra poética servía para suscitar el interés de la gente. De ahí la importancia de los diálogos, pero también de las llamadas al silencio en prólogos y loas para despertar la curiosidad del oyente, fin al que van encaminados igualmente recursos sonoros como ruidos, llamadas de atención, etcétera.
10. Los actores
Su papel es, evidentemente, fundamental. Las acotaciones de los textos teatrales les ofrecen tres tipos de indicaciones:
- Acotaciones gestuales, que tienen como objeto que el actor dé con su cuerpo expresión externa de un estado físico o anímico (emociones, sentimientos o pasiones).
- Acotaciones que indican el movimiento o posición del actor sobre el tablado.
- Acotaciones relativas a la voz, que especifican entonación, timbre, fuerza y elevación de la enunciación dramática.
11. Temas
Los temas de las comedias barrocas son variadísimos:
a) Temas religiosos: asuntos bíblicos, vidas de santos, leyendas, tradiciones piadosas…
b) Temas históricos y legendarios: de la Antigüedad, de la Edad Media europea, leyendas locales, asuntos tomados de crónicas hispánicas medievales, del Romancero…
c) Temas pastoriles y caballerescos, novelescos, costumbristas, de campesinos agraviados, mitológicos, filosóficos…
d) Tema amoroso: son las más frecuentes. Se desarrollan en un ambiente desasosegado, propicio para el enredo, con profusión de quejas, riñas, celos. En estas comedias el final feliz es lo normal, aunque existen excepciones.
Es muy importante también la presencia del tema del honor, concebido como una fuerza superior que se superpone a los deseos de los personajes y que los obliga a actuar conforme a unas normas preestablecidas.
12. Visión del mundo de las comedias barrocas
Se presenta una sociedad jerarquizada, en la que cada cual conoce muy bien el lugar que le corresponde. En la cúspide de la pirámide social se halla el rey, encarnación de la monarquía, concebida como institución teocrática cuya fuente de poder se encuentra en Dios mismo. Evidentemente, se trata de una sociedad cristiana en la que no caben disensiones ni herejías. Se defiende asimismo la necesidad de un orden que, de ser alterado, ha de ser restaurado, lo que explica que las jerarquías resulten imprescindibles. El teatro barroco defiende, por tanto, el sistema social del momento y sirvió como eficaz medio de propaganda de las ideas que sustentaban este sistema social, sin olvidar que el elemento cómico resultaba también un medio de evasión de la realidad.
El teatro barroco contó con la oposición de moralistas diversos que pretendieron su prohibición porque decían que era una fuente de malos ejemplos y enseñanzas, criticaban a los cómicos por su vida licenciosa y censuraban a los dramaturgos por contribuir a la degradación moral. Por breve tiempo, lograron la prohibición del teatro (en 1588 y en 1644), pero la importancia institucional del fenómeno y la propia estructura de las compañías sirvieron de freno a la prohibición porque tanto los municipios, como corona y la Iglesia se servían de él para sus fines económicos, propagandísticos o ideológicos.
Indudablemente, la época dorada del teatro barroco español se corresponde con la primera mitad del siglo XVII, con dos grandes periodos a la vez:
a) Una primera parte, que ocuparía las tres primeras décadas del siglo, donde Lope de Vega y sus continuadores serían los principales representantes. De entre ellos, cabe destacar: Guillén de Castro (Las mocedades del Cid), Juan Ruiz de Alarcón (La verdad sospechosa), Luis Vélez de Guevara (El diablo cojuelo, Reinar después de morir), Tirso de Molina (El burlador de Sevilla), etc.
b) Una segunda parte, que ocuparía las dos siguientes décadas, representadas por Lope de Vega y sus continuadores. De entre ellos, destacan: Francisco de Rojas Zorrilla (Del Rey abajo ninguno, Entre bobos anda el juego), Agustín Moreto (El desdén con el desdén, El lindo don Diego).
LOPE DE VEGA
1. Comedias de enredo y costumbres
Son notables sus comedias de enredo y costumbres como La dama boba, El perro del hortelano, Servir a señor discreto, La moza del cántaro, La villana de Getafe, Las bizarrías de Belisa… En ellas, la intriga es fundamental y el ambiente contemporáneo, urbano (comedias de capa y espada) o rural.
2. Dramas de honor campesino
Un grupo muy importante lo constituyen los dramas de honor campesino, con el tipo del villano libre y digno, el labrador rico y cristiano viejo, que se enfrenta, en ocasiones, a un noble, un comendador, que le ha deshonrado: Fuente Ovejuna; Peribáñez y el comendador de Ocaña; El mejor alcalde, el Rey; El villano en su rincón, etc.
Estas comedias de ambiente rústico escenifican la ruptura de la armonía rural, pero, una vez restablecida la paz, contribuyen a exaltar la sociedad monárquica y señorial, en la que el rey, siempre respetado por sus vasallos, termina haciendo justicia: castiga el abuso de poder del noble y repone la honra del campesino, con lo que quedan así incólumes tanto la propiedad de la tierra como el orden vigente.
3. Dramas trágicos
Si en las obras anteriores abundan los elementos trágicos, en algunas otras estos están muy acentuados. Se puede hablar entonces de dramas trágicos, como serían El caballero de Olmedo o El castigo sin venganza, obra esta última escrita en los postreros años de la vida de Lope, representativa de su desengaño final y en la que compite en profundidad con Calderón, pero fiel a su estilo.
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
a) Comedias
Dentro de las comedias hay que distinguir:
• Comedias de enredo, concebidas para ser representadas en los corrales de comedias, entre las que destacan La dama duende o Casa con dos puertas mala es de guardar.
• Comedias de aparato, compuestas para las funciones cortesanas del teatro del Buen Retiro. Las comedias de aparato desarrollan frecuentemente un asunto mitológico, como es el caso de Eco y Narciso, La estatua de Prometeo y La fiera, el rayo y la piedra.
b) Tragedias o dramas trágicos:
Dentro de las tragedias o dramas trágicos, según el tema, pueden distinguirse:
• Tragedias que expresan el conflicto entre la libertad y el destino: El mayor monstruo del mundo, Los cabellos de Absalón y La cisma de Inglaterra.
• Tragedias que plantean un conflicto de honor, como la famosísima El alcalde de Zalamea y también A secreto agravio, secreta venganza, El médico de su honra y El pintor de su deshonra, dramas trágicos que se centran en el problema de los celos.
• Tragedias que tratan sobre la naturaleza del poder como La vida es sueño y La hija del aire
c) Autos sacramentales:
Entre los autos sacramentales de Calderón cabe destacar El gran teatro del mundo, El gran mercado del mundo, La cena del rey Baltasar y Los encantos de la culpa.
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