Madrid, castillo famoso
que al rey moro alivia el miedo,
arde en fiestas en su coso
por ser el natal dichoso
de Alimenón de Toledo.
Su bravo alcalde Aliatar,
de la hermosa Zaida amante,
las ordena celebrar
por si la puede ablandar
el corazón de diamante.
[...]
Vinieron las moras bellas
de toda la cercanía,
y de lejos muchas de ellas:
las más apuestas doncellas
que España entonces tenía.
Aja de Getafe vino,
y Zahara la de Alcorcón,
en cuyo obsequio muy fino
corrió de un vuelo el camino
el moraicel de Alcabón;
[...]
Salió un toro del toril
y a Tarfe tiró por tierra,
y lego a Benalguacil;
después, con Hamete cierra
el temerón de Conil.
Traía un ancho listón
con uno y otro matiz
hecho un lazo por airón,
sobre la inhiesta cerviz
clavado con un arpón.
[...]
Ninguno al riesgo se entrega
y está en medio el toro fijo,
cuando un portero que llega
de la puerta de la Vega,
hincó la rodilla, y dijo:
Sobre un caballo alazano,
cubierto de galas y oro,
demanda licencia urbano
para alancear un toro
un caballero cristiano.
[...]
La mora se puso en pie
y sus doncellas detrás:
el alcalde que lo ve,
enfurecido además,
muestra cuan celoso esté.
Suena un rumor placentero
entre el vulgo de Madrid:
No habrá mejor caballero,
dice, en el mundo entero,
y algunos le llaman Cid.
[...]
Nicolás Fernández de Moratín, Fiesta de toros en Madrid (fragmento)
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